Entre el susurro cercano del agua,
cuando la luz de una ola araña
una desgastada roca en su falso lomo,
vuelvo a sentir como me enamoro.
Bajo la inquieta sábana amarrada,
cuando inventamos la huída
desde la tierra a este cielo,
vuelvo a vivir tu consuelo.
Desde el silencio caliente que aguarda,
mientras siento la mordaza
del ardor recién tomado,
vuelvo a nacer, me entusiasmo.
Hasta el momento lejano del alma,
en el que veremos la luna
desde cristales del alba,
quiero sentirte cercana....
Miro este cielo de estrellas
y caminitos,
de luces y colas blancas;
casi puedo acariciarlo
porque tú estás a mi lado.
Surco las olas de espuma
y arenas negras,
de rocas en aguas claras;
deseo sentirlas frescas
como caricia en el alma.
Vuelo sobre la tierra y las casas,
entre nubes verdiblancas
de chatos tejados rasos
y siluetas descaradas;
vuelvo a sentirme despierto
cuando a tu lado me llamas.
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