Miguel Ríos
Llegó el año.
Uno más en ese tiempo de cambio.
Llegó, y alargó su mano
para tocar un futuro
que hoy no me importa;
tras mi pérdida dolorosa,
solo hay en mí
la alegría del fruto
que ya quiero vivir.
Llegó, y es por esa vida
que estamos engendrando,
por la que me preocupa
el fin del milenio.
¿Cómo será estar aquí?
El porvenir,
analógico y digital,
dicta una sentencia
que soy incapaz de frenar.
Temo su violencia
y dudo que trace
un mundo feliz
para la vida de la Tierra.
Pequeño, impotente,
pero dispuesto a salvar
lo que pueda
entre lo cercano,
mientras que pueda
tocarlo.
¿Utopía?
¿Ciencia ficción?
¿Elucubraciones antisistema?
Si no ponemos remedio...
no hay duda
de que nos vencerá.